Las partes de la ceremonia religiosa son fundamentales a la hora de elegir una música adecuada. Hay partes de gran importancia para los novios como las entradas, partes de interés en la liturgia como el rito del matrimonio o la comunión, y secciones menos comprometidas a nivel de estilo pero igualmente importantes.
Siempre se debe tener en cuenta el tipo de sonoridad que vamos a elegir para la iglesia. Pensemos que estamos en un contexto espiritual, por lo que la formación que elijamos debe estar en consonancia con el contexto. Un violín y una guitarra clásica puede ser una muy buena opción, por su versatilidad, posibilidades amplias de repertorio, por la combinación de el sustento armónico (guitarra) y melódico (violín). En todo caso, vamos a ver una por una las partes de la ceremonia religiosa.
Entrada de invitados: Se puede hacer, aunque no lo recomendamos, ya que, si la música suena por primera vez en la entrada del novio (que es la primera entrada), va a ser mucho más emotivo; es una cuestión de fenomenología. No obstante, si hay un interés especial en hacer un par de piezas para la entrada de invitados, estas pueden ser: Aire de la Suite nº 3 de Bach o La banda sonora de La Misión de Ennio Morricone.
Entrada del novio: La entrada del novio puede contener un estilo más amplio que la entrada de la novia, pero todo esto depende, aunque suele haber más libertad. La entrada de la novio es una entrada (como su nombre indica), por lo que la pieza ha de ser óptima para caminar hacia el altar. Hay múltiples opciones para la entrada del novio, y aquí entra en juego también el gusto del novio, no obstante, una opción clásica sería La Barcarola de Offenbach, por la contra, una opción más moderna sería Every Breath You Take de The Police.
Entrada novia: Esta es, sin duda, una de las partes más importantes de la ceremonia. Para esta entrada, la música debe ser especial, también debe ser apropiada para el propio acto de caminar y es interesante que sea emotiva. Si se desea una música más clásica, recomendamos el Canon de Pachelbel, aunque también pueden encajar piezas más modernas comoO son do ar (Luar na Lubre) o A Thousand Years de Cristina Perri.
Lectura y Evangelio. En esta sección puede haber dos intervenciones musicales. Es importante que haya un sentido litúrgico en la ceremonia, por eso, al terminar el salmo responsorial, viene una sección que se llama «Evangelio», en donde el sacerdote lee algún pasaje de la Biblia. En esta sección suele hacerse un Aleluya, ya que es antes de esta lectura del Evangelio cuando se interpreta. Una opción muy interesante, la cual aúna la tradición con lo moderno, es el Aleluya de L. Cohen. Si se elige otra pieza para interpretar entre las lecturas, es decir, antes del Aleluya, se puede optar por una opción más clásica, como el aria de Händel Lascia Ch’io Pianga o una versión más moderna como All ofMe de J. Legend.
Rito del matrimonio. En esta sección, el sacerdote acaba de casar a los novios, es un momento de celebración, ya que se han intercambiado los anillos y las arras y se han hecho las promesas. Aquí la música puede ser más intensa (en señal de celebración) o más solemne (en señal de recogimiento). Como primera opción se puede interpretar Hasta mi final (Il Divo) y como segunda opción el Ave María de Schubert.
Paz. Aquí el sacerdote invita a dar a una señal de paz. Es clásico que vayan piezas específicas como Dona nobis pacem o piezas más modernas como Only Time de Enya.
Comunión. Aquí los invitados que lo deseen tomarán la hostia sagrada. Esta música debes ser lenta, aunque puede ser moderna. Se puede optar por la versión más tradicional, como ocurre con el Ave María de Schubert, o se puede hacer una versión más moderna como Nothing Else Matters de Metallica.
Fin de ceremonia. Esta sección es siempre un momento de celebración y desenfado, ya que, la liturgia ha acabado y los invitados suelen ir a saludar a los recién casados, comienzan las fotos, etc. Por eso, esta pieza debe ser enérgica y que transmita celebración. Podríamos optar por la pieza de La vida es bella de N. Piovani, Viva la vida de Coldplay, Stand by Mede B. E. King o la Música Nocturna de las calles de Madrid de Bocherini.
Por tanto, la elección de la música en las secciones de una ceremonia religiosa deben ir de la mano del contexto en el que estamos (no olvidemos que estamos en la Iglesia) y del gusto de los novios. Es importante también conocer al párroco que va a oficiar la misa, ya que algunos son más conservadores y otros son más modernos y permisivos. Siempre, lo ideal, es estar a gusto de todos los que tomarán parte del evento y dejarse siempre aconsejar por los profesionales.